Una foto en la que la joven de 16 años aparecía haciendo una mueca en la que se ponía con los ojos rasgados derivó en críticas de colectivos en defensa de los estadounidenses originarios de la región Asia-Pacífico, que consideraron la instantánea una ofensa a su comunidad y un terrible ejemplo para los seguidores de Cyrus.
La artista se apresuró a rechazar cualquier acusación de comportamiento racista y arremetió contra los periodistas.
"De ninguna manera me estaba riendo de alguna etnia. Lo siento por la gente que ve esas imágenes y las entiende mal y fuera de contexto", afirmó la actriz y cantante, quien aseguró que simplemente puso una "cara tonta".
"Definitivamente siento que la prensa está intentando hacerme quedar como la nueva `chica mala`. Ahora que Britney (Spears) ha regresado a lo más alto necesitan a alguien (en su lugar) ¡Qué afortunada soy!", explicó molesta Cyrus.
En 2008 unas fotos de la actriz posando semidesnuda para la revista Vanity Fair levantaron revuelo en torno a la figura de Cyrus y la dirección que estaba tomando su carrera.
En esa ocasión, la protagonista de Hannah Montana se dirigió a sus fans para asegurarles que nunca ha pretendido decepcionarles.
El éxito prematuro de Miley Cyrus guarda similitud con otras jóvenes estrellas que crecieron en los estudios Disney como Britney Spears y Lindsay Lohan, que tras unos años triunfales vivieron momentos difíciles personales y profesionales.
Spears llegó a ser ingresada en una planta psiquiátrica y perdió la custodia de sus hijos y Lohan sufrió bulimia y tomó parte en un programa de rehabilitación para drogadictos.
Creditos: El Universal
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